miércoles, 19 de agosto de 2015

I had a little secret

Has pensado alguna vez en aquella entrada de cine que guardaste en el cajón de la mesilla cuando pensabas que estabas viviendo el momento más intenso de tu vida? Que lejos quedará ahora en tu mente la sensación de haberte sentido dueña de tu vida y de tus sentimientos. Que extraño el paso del tiempo que idolatra y olvida por igual a los recuerdos que fueron todo y quizás hoy son casi nada. Sentimos que no hay un mañana y nos tapamos en la cama con las sábanas, protegiéndonos de todo aquello que no depende de nosotros mismos, porque lo que depende saldrá solo, solo, incontrolable igual, pero solo. Sentiste que te enamorabas por primera vez en cuanto le viste con su media sonrisa mirándote a los ojos y al suelo como un intermitente roto que no deja de parpadear en una noche de lluvia. Para ti aquello era volar, soltarse de las manos y sentirse partícula de aire, etérea, libre, llena de energía. Palpitabas con cada roce inocente mientras bailabas, tu pelo de un lado a otro, buscando la manera de sujetarle o atraer su cuerpo hacia el tuyo. Danzando arritmicamente, por dentro y por fuera, sin captar la atención de quien un día te invitaría al cine, compartiría sus palomitas y se despediría con un beso en la mejilla.. de los que duelen y dejan sin aliento, de los que saben a medias tintas y no dejan respirar. Ese día comprendes que tus sueños no son solo eso,  tendrás que empezar a lidiar con ellos desde el momento que el corazón cambie el ritmo de su latido. Todos tenemos un pequeño secreto, el secreto de haber amado en silencio con toda el alma.

Oxigeno

Salí en busca de un poco de oxígeno, pensando que quizás al otro lado de la calle encontraría un flujo de aire que me absorviera hacia algún destino incierto. Abrí una puerta que se cerró en cuanto puse el primer pie dentro, sin permiso me adentré a pasos intermitentes hacia el camino que se abria ante mi. Si quieres ver hacia donde me llevó, solo tienes que seguir leyendo.